Hacía tiempo que quería hacer esta receta y que mejor momento que la entrada del otoño para preparar platos con remolacha.
Se digiere mucho mejor cocida, aunque en ensaladas de forma cruda también se pueden comer.
Los colores van perfectos con el otoño, además su exquisito y ligero sabor dulce da a los platos un sabor inconfundible.
INGREDIENTES
- 2 remolachas medianas (o grandes, pero sobretodo no te quedes sin... porque cuando te comes la primera ya no puedes parar)
- Aceite para freír
- Sal
- 1 aguacate grande muy maduro
- El zumo de 1 limón mediano
- La ralladura de medio limón
- 1 cucharadita rasa (de café) de pimienta negra molida
- 1/2 cucharadita (de café) de sal
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva
ELABORACIÓN
- Pelar las remolachas y cortarla a rodajas muy finas, por mucho pulso que tengáis mejor con mandolina, no vaya a ser... :)
- Poner aceite en un sartén para freír. Cuando esté caliente agregar una pizca de sal y echar las papas de remolacha. Como no se hunden en el aceite, darles la vuelta para que se hagan bien por ambos lados.
Para la crema de aguacate
- Cortar a trozos el aguacate y hacer un puré con un tenedor. Para poder hacerlo bien, tendrá que estar muy maduro. Añadir el zumo de limón, la sal, la pimienta y el aceite.
- Remover hasta que quede bien mezclado.
- Servir y espolvorear por encima la ralladura de limón.
La ralladura de limón le dará al aguacate aroma y un tono dulce.
Para que la remolacha quede como si fueran papas, tiene que estar bien frita y cortada a láminas muy finas.
La yuca frita también queda buenísima con el aguacate.
Qué aproveche!!
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